La verdad es que no conocí a Pola. Lo tenía que haber conocido la temporada pasada en el sector junior, dónde el recuerdo a Adrián se hizo patente en cada celebración, o en el Campeonato de España celebrado en Grado donde su equipo, el C.P Areces, que ejercía de anfitrión del Torneo, le dedicó su meritoria medalla de bronce. Pero hace justo un año la noticia de que Adrián Alonso Rodríguez “Pola” nos dejaba estremeció a toda la familia del hockey.
Desde Stickazo queríamos aprovechar nuestra sección “Por qué era tan bueno…” para rendirle nuestro pequeño homenaje y recordar al gran jugador y sobre todo la gran persona que todos los que le conocieron nos cuentan que fue, uno de ellos, nuestro amigo y cicerone en tierras astures Edu Isla que nos envía unas líneas donde además de su recuerdo se recogen los testimonios de otras personas que lo conocieron. Pola era un era un auténtico enamorado de la vida y del hockey sobre patines y así es como queremos recordarlo. Un fuerte stickazo a todos, en especial a ti amigo Pola.
ADRÍAN ALONSO RODRÍGUEZ (19-3-1992 / 26-12-2011)
Comenzó en la escuela de patinaje del colegio marianista” EL PILAR” de POLA DE LENA en 1998 y allí se formaría con entrenadores como el gran Finito, Adrián, Juanchi… Estuvo jugando allí hasta que cumplió la edad de ser benjamín (2002) y fue entonces cuando marchó a jugar para el Oviedo Roller HC dónde ya empezó a doblar categorías y comenzaría a luchar por los campeonatos de liga regionales y así poder entrar en los sectores y luchar por los ansiados Campeonatos de España. Como recompensa ante tanto esfuerzo fue llamado para jugar con la Selección Asturiana en varias ocasiones.
Una vez que ya fue junior comenzó a entrenar con el equipo de 1ª División y debutando en competición de pretemporada y en el partido de liga en Pamplona contra el San Antonio estando a las órdenes de Pecho. Tras este año marchó para el Club Patín Areces donde estuvo jugando en Junior, 1ª Divisióm “B” y en 1ª División Nacional.
En el 2011 fue nombrado MEJOR DEPORTISTA LENENSE
Marta, su madre:
“Comenzó a ir de campamento a GRADOHOCKEY donde conoció personas de las que recibió cariño y experiencia y a las que siempre llevó en el corazón: Güelito Sánchez - Titi, Toni, Javi Sama, Luis, David Miranda, Edu Isla, Garrido, Keko, Julián, Escudero, Cortijo....
También hizo buenos amigos como Oriol Manzanero, Nespral, LLuis Muñoz Pandiella, Oriol Valera, Jordi...allí conoció a otros amigos: Jorge Rente, Sergio Huelves ... con los que se iría encontrando en las competiciones.
Le gustaba rodearse de buenas personas con las que se sentía bien: Nacho Sariego, Victor Sainz, Enol Mier, Alvaro Vigil, Cristobal, Rodrigo, Aarón, Pelayo, Javi Ameigidez, Aitor (Pipo), Pistolo, Matilla, Jorge Rey, Abrahan Pola, Abella, Morrison, Garrotin, Samuel, Javi Paredes, Nuevo, Valentin Xavier, Javi Langreo y, cuando estuvo en Grado, unas de las buenísimas amistades que hizo fue con Borja.
Siempre admiró, quiso y respetó a Toni Perez.
Sus vecinos - amigos y compañeros: David Trilli, Juan de la Cruz, Roberto, Rodrigo, Berto Menéndez, Andresín, Carli, Juán y los veteranos “Amigos del Cibeles” con los que disfrutaba entrenando y a los que admiraba por su entrega al hockey.
Siempre contó con muy buenos preparadores físicos, a los que siempre respetó y por los que sentía un gran cariño: Carlos Hevia, Len y Pablo Yagüe”.
Creo que hasta aquí hemos podido comprobar que era una persona de lo más sociable y un buen amigo.
Dado que este blog es de Hockey sobre patines y todo lo que ello conlleva, podemos decir un montón de cosas sobre Adri, yo viví varias y muchas con él y creo que lo conocí en muchos aspectos…
Adri vivía el deporte como lo que era, un conjunto de entrega, de sacrificio y de compromiso con la semilla y la chispa de conocer a toda la gente posible, se llenaba de amistades con gran facilidad, era un neno que se dejaba querer y era muy fácil cogerle cariño. Siempre fue un deportista, ya sea de hockey, de esquí, ciclismo…podemos afirmar que su vida era el deporte! Disfrutaba de todo cuanto rodea al deporte, de este pequeño mundo pero que tiene una inmensa cantidad de valores, de personas y experiencias que merecen la pena conocer y disfrutar. Adri, eso lo sabía de buenas maneras y lo exprimía al máximo. Creo que llegar a saber ésto es lo que le hizo ser quien era y ver como vivía y sobre todo…sentía el deporte, ya que para él, el deporte era un sentimiento y algo innato.
Era de esos chavales que no desisten, que se caen y se levantan, que ante las barreras luchaba, que antes dificultades…preguntaba, se dejaba guiar, quería aprender a toda costa en todos los aspectos. Era de esos guajes que hoy en día hacen falta, de esos que no falla nunca, que siempre va a entrenar y da el 150%, haciendo amistades allá por donde iba, ya fuera con jugadores, compañeros y entrenadores o monitores. Era entusiasta, honesto, educado, respetuoso, amigo de sus amigos, noble, inocente, ilusionado, con afán de aprender, activo, humilde, autocrítico, maduro, entregado y un gran deportista. Dejó huella. En este mundo imperfecto en el que vivimos, en el que el anonimato y la falta de implicación abundan e incluso se consideran modelos de conducta, Adrián dejó un profundo surco en los que le conocieron y le quisieron. Para algunos de los que compartieron experiencias con él, es posible que el recuerdo se vaya nublando. Pero, para muchos, su memoria no se apagará nunca.
Hay una frase de Luis Martínez “Lucho”:
“Era educado, cariñoso y respetuoso. Le gustaba aprender, reconocía sus errores y siempre tenía tiempo para charlar. Tenía una gran capacidad para relacionarse con todos y era el nexo de unión entre chavales y monitores. Llevaba un gran entrenador dentro”.
Y el gran Keko dijo, entre otras muchas cosas:
Era tan ambicioso y sencillo en todo, que conseguía que te preocupases por él. Tenía "inquietudes", pero contaba contigo. Siempre mezclaba lo deportivo con lo personal, por su implicación. Cualquier cosa que le aportaras, te lo agradecía. Te hacía ser útil. Creo que sentirse útil para alguien que aprecias es un premio que no tiene precio. Cueste lo que cueste. Adri siempre tenía esa mirada, los ojos bien abiertos mirando a los suyos. Inocencia mezclada con la ilusión de alguien que vive al máximo lo que hace. Mi trabajo como entrenador es transmitir conocimientos e ilusiones; él me lo pedía. Que menos que dárselo. Hacía que tu trabajo tuviera sentido”
Cualquier momento vivido con él se hacía con energía.
Le encantaba la vida, la disfrutaba en cada momento del día.
Sirva este texto como nuestro pequeño homenaje a Pola. Hoy, más que nunca, un fuerte stickazo a todos, pero especialmente a ti, Adrián, repártelo de nuestra parte allá por dónde estés.