martes, 21 de mayo de 2013

El partidazo por Edu Sanjurjo...su particular crónica sobre un ascenso historico

Teníamos un poco olvidada nuestra sección de partidazos míticos, más que nada porque hacía largo tiempo que no recibíamos ninguna propuesta para publicar de nuestros queridos colaboradores (que sois tod@s). Sin embargo ayer de madrugada cual fue nuestra sorpresa al recibir un mail del sagaz Edu Sanjurjo, que todavía extasiado e insomne por las intensas emociones vividas en el pabellón de Cerceda, o por las correrías nocturnas de Cucho y Yuyi, nos relataba el torrente de sensaciones por él vividas durante el Cerceda-Alcobendas que certificó el ascenso a Ok Liga de los de la noble villa de la central térmica.

Muchos ya conocéis el particular y mordaz estilo del bueno de Eduardo, especialista en sacar punta a cualquier situación y en particular a cualquier personaje, todo lo que digas o hagas él lo utilizará en tu contra. La verdad es que al muy cabrón no se le pasa una….te cala al minuto!!! Muchas gracias Edu por compartir tus recuerdos de una mañana de domingo histórica para el hockey gallego; nosotros te queremos tal y como eres, ya te dije una vez que “más vale malo conocido que bueno por conocer” sabiduría popular:



Estuve preparando este partido durante semanas. Hice una lista imaginaria con mis méritos: mi buen comportamiento, las coladas, cenas, biberones, desayunos y un largo etcétera. Y respaldado por este sinfín de razones, respiré hondo y me lancé: 

-“El domingo me gustaría ir a ver al Cerceda. Se juegan el ascenso y claro…Te parece bien mi flor de pitiminí?” 

-“guay! Podíamos ir con los niños!” 

-Toma ya! Conseguido! Y sin tener que tirar del comodín del llanto…

La explosión de sensaciones era tal, que cuando entramos en la Villa de Cerceda hasta le encontré cierto encanto al pueblo y no me pareció que estuviese tan lejos. Se me ocurrió decirlo en alto y mi hija de tres años, que cada día se parece más a sus abuelas dijo “ya está papá diciendo tonterías”.

El pabellón estaba abarrotado de míticos del hockey coruñés. Se saludan entre ellos con un simple movimiento de cejas, escupiendo pipas hacia un lado o como mucho, si llevan tiempo sin discutir, levantando levemente la barbilla. Solo los irlandeses son capaces de expresar tanto con tan poco. El hockey coruñés está lleno de enemigos íntimos. Se conocen de siempre. Unos son padrinos de los hijos de los otros y los otros testigos de boda de los unos. Se respetan los sitios en la grada, se levantan la barbilla, enmarcan la ceja entre ellos y poco más.

No aspiro a hacer una crónica del partido que vi, ni lo que supondrá el ascenso. No sabría hacerlo. Para eso está la gran María Varela. Me da miedo no acordarme del partidazo de Neto; los galones del capitán; la fuerza de Hulk Torres; el pundonor de Fariza; la pasión de Copa comiéndose la valla; o el detalle de visionario de Tito-Torres-que-bien-me-organizo viendo el partido desde China. Así que solo me quedo con dos detalles del partido:
El primero es que nunca me cansaré de admirar a un tío que tira las directas con la misma seguridad con la que yo marco mi piso cuando entro en el ascensor. Abro la puerta del ascensor y “placa” pulso el 6. El mérito está en que vivo en el sexto y en que no fallo nunca (o casi nunca). Pues Payero igual: cuando pital el árbitro, toca un poco la bola y “placa” a la escuadra. En la directa de hoy, antes de que pitase el árbitro (el malo no. El otro), se respiraba una tensión que si supiese escribir como Sandor Marai en “El último encuentro” la describiría. Pero como no sé, solo diré que se respiraba una tensión de cojones. El único que no la respiraba era Payero que iba a lo suyo: toca la bola un poquito por el qué dirán y “placa” a su sitio.

El segundo detalle es la reivindicación del hockey champán del santoral Jacobo Mantiñán. Y no me refiero al gol. Un gol lo marca cualquiera. Me refiero a una revirabolta sacándose la bola por detrás rodeado por 3 adversarios en el centro del campo. Imagino que podría hacer frenado, buscado una falta y listo. Es lo que habría hecho si fuese pragmático. Pero no. Los elegidos, según Oscar Wilde, persiguen la belleza como un fin en sí mismo. Y lo bonito era llevarse la bola así, como si estuviese entrenando en el cole… Solo le faltó darse la vuelta y preguntar si querían más…



Un fuerte stickazo!

“Si tuviera 53 minutos para gastar andaría despacito hasta una fuente” A. de Saint-Exupery “El principito”.

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