martes, 19 de febrero de 2013

La Gran Changa, por Tony Fernández

El otro día nos surgió, en una conversación distendida, un nuevo tema para el blog: contar la historia de algún partidazo visto desde el punto de vista de uno de los jugadores implicados. No pretendíamos abrir el tema con este artículo, pero si lo retrasábamos se nos juntaría con el partido Compañía - Dominicos de esta temporada y podrían acusarnos de querer enrarecer el ambiente. Nada más lejos de la realidad de nuestras intenciones. Somos conscientes de que nos caerán stickazos por todos los lados, pero a estas alturas ya vamos protegidos. Creemos que el documento, independientemente de los rivales, es de gran interés y está narrado de una manera brillante. Yo no tuve la suerte de estar allí para ver este partidazo, pero he tenido la suerte de leer este artículo en primicia, varias veces por cierto, y ahora tengo la sensación de haberlo visto. Muchas gracias Tony por tan brillante y valiente redacción. 



"La Gran Changa”, así llamamos en el vestuario del Dominicos el partido de vuelta de la temporada pasada entre Compañía de María y Dominicos "B" de la 1ª división autonómica. 

Veníamos de encajar nuestra primera derrota de la temporada en la difícil pista del Compostela. Otra derrota ante el Compañía de María nos dejaba prácticamente fuera de la lucha por el título de liga. El Compañía nos sacaba 5 puntos (aunque nosotros con un partido menos) y una derrota nos dejaba a 8 puntos a falta de pocas jornadas y con un calendario bastante complejo con respecto al de Compañía. 

Llegábamos a este partido eufóricos, por todo lo que habíamos logrado esta temporada, ya que en ningún momento al principio de ésta se nos habría ocurrido luchar por el título de liga. La mayoría de los jugadores teníamos problemas para ir a entrenar (motivos laborales o personales, estudios, etc...), así que lo más importante era hacer un poquito de deporte, echarnos unas risas y acabar lo más arriba posible en la clasificación. Éste era el objetivo común, el mío personalmente era no hacer el ridículo después de más de 10 años sin ponerme los patines. Vamos al lío!!!

Empezó el partido más o menos como nos lo habíamos planteado, el Compañía moviendo la bola muy rápido, manteniendo la posesión y con ataques muy largos intentando generar espacios. Nosotros intentábamos contrarrestar esto con una defensa fuerte y organizada, y saliendo a la contra. Se adelantó el Compañía de María con un gol de penalti por medio de Marc Fuentes, pero no nos vinimos abajo y seguíamos generando muchas ocasiones. No disponíamos de muchos efectivos en el banquillo y pronto se truncaron todos los planteamientos cuando el árbitro expulsa a Manuel Togores con roja directa y nos quedamos con tres jugadores en pista durante 5 minutos. Una falta directa a favor del Compañía de María les daba otro gol de ventaja, 2-0 (también obra de Marc Fuentes). Antes de finalizar el primer tiempo hubo un momento de mucha tensión y desesperación por nuestra parte, ya que Jacobo García sale a la contra perseguido por un rival y se planta sólo delante de su hermano Sergio (portero del Compañía en esa temporada) y es derribado por el defensa dentro del área, aún así, consigue meter la bola en la portería. Sorprendentemente el gol no subió al marcador, pero lo más sorprendente es que ni siquiera fue penalti. El árbitro pitó falta de Jacobo por haber movido la portería, cuando entre el defensa y el portero...le habían invitado muy sutilmente a comérsela. Obviamente, estas jugadas que no dan lugar a duda... acaban con la paciencia de cualquiera. Con el 2-0 en el marcador y Compañía con 9 faltas en su haber (llevaban así más de 10 minutos) se llegaba al descanso. Ahora empieza lo divertido. Un descanso en el que la adrenalina no dejó de fluir en ningún momento. Lo vivido en ese vestuario sólo permanecerá en la retina de los pocos allí presentes. Lo teníamos todo en contra, un árbitro que no veía... (o no quería ver), Manuel Togores expulsado… alguno más del equipo con tarjeta azul... una plantilla muy corta para afrontar las expulsiones… buff, nos esperaba una presa muy difícil. Pero nos unimos como nunca lo habíamos hecho, al más puro estilo 300, defendiendo unos colores y un sentimiento que muy poca gente puede llegar a entender. Así que al grito de "Espaaartaaaanoooos!!!!” Salimos del vestuario con unas ganas inmensas de comernos el mundo. Era tal el subidón que cuando entramos en la pista aún faltaban 6 minutazos para el comienzo de la 2ª parte. Nuestras caras eran de órdago, y las risas monumentales (jajaja, se nos fue la olla). 

Empieza la 2ª parte y al poco, Jacobo reducía distancias, 2-1. Poco después un jugadón de Pescao que encara a tres rivales y los regatea como si estuviera en el patio del colegio para servir una bola a Luís Togores que sólo tiene que empujarla, 2-2 en el marcador y mucho tiempo por delante. Cuando parecía que estábamos encarrilando el partido, llegó un mazazo para nosotros. Un penalti en contra que Álvaro Franqueira se encargaba de transformar y poner nuevamente a los suyos por delante, 3-2. “La suerte” era el único aficionado de Dominicos que parecía no estar de nuestro lado. El tiempo transcurría y el partido estaba un poco loco, con un sin fin de oportunidades para los dos equipos que no se lograban materializar. Otra vez Pescao se disponía a realizar una jugada similar a la anterior, pero con diferente suerte, en esta ocasión le propinaban (haciendo honor al nombre de vuestro blog) un STICKAZO en las piernas y otro en las muñecas, obviamente Pescao (con su carácter muy dócil) se revuelve con el palo en alto en plan amenazante y le cuesta la roja directa. Aunque parezca mentira, Compañía aún seguía con 9 faltas en su casillero y todos sus efectivos en pista. En esta misma jugada expulsan a otro de nuestro equipo por protestar, todo lo contrario de lo que tenía que haber sucedido. Ahí me quedé yo, con otros dos "compis”, intentando disputar un partido de hockey con Pablo Arias y Antonio Correa, este último pidió el cambio al poco tiempo porque sus pulmones no daban para más. 

Aquí aparece la figura de un inconmensurable Jacobo García que cogió la bola y dijo que se la llevaba para casa....y se la llevó!!!. Él solito se cruzó la pista entera regateando a todo el que se ponía por delante y a punto estuvo de marcar. Creo que con inferioridad numérica no se penalizan los pasivos, pero si fuese así... poco faltó para que nos pitasen uno. Pablo Arias era el compañero de Jacobo en esta andadura tan solitaria, que aunque no hizo un trabajo tan vistoso como el de Jacobo, jugó un partido espectacular. Era increíble ver el desparpajo de este equipo. El tiempo parecía estar parado, no llegaba el momento de que entrase nuestro tercer jugador en pista mientras el Compañía no paraba de bombardearnos, con dos pases se plantaba sin ningún tipo de problema delante de nuestra portería, lo cual era normal, pues nos faltaban el 50% de los jugadores de pista. Aún así, teníamos tiempo para echarnos unas risas, porque cada vez que nos pitaban una falta en contra yo solicitaba a tres jugadores en la barrera, o les gritaba que defendieran en individual y que cada uno cogiera su marca. Los jugadores me miraban en plan... este se ha vuelto loco, está peor de lo que creíamos, y se partían de risa. Son esos momentos en los que ríes por no llorar, jeje. Imaginaos hasta dónde puede llegar el punto de subidón cuando eres capaz de darle ese toque de humor a un partido tan complicado y de estas características, con todo lo que había en juego. Cuando parecía que íbamos a salir de ésta sin encajar un gol, nuestro tercer jugador pone un pié en la pista mientras Josep Sellas recibe una bola en el punto de penalti totalmente libre de marcaje (y no entiendo el por qué...) que acaba rematando de primera al fondo de la red. Subía el 4-2 al electrónico, y el hecho de que acabase de entrar nuestro tercer jugador justo en el momento de encajar el gol, nos daba derecho a poder meter el cuarto en pista y que eso ya empezase a parecerse más a un partido de hockey. 

Teníamos una sensación de poder inmensa, lo que habían conseguido un portero y dos jugadores de pista no lo he visto yo ni en los escritos. No nos vinimos abajo con el cuarto gol en contra y empezamos a echar cuentas y vimos que teníamos en la pista a más de un compañero al que le podíamos pasar la bola, y dijimos: "Queeeeeeé!!!! Si con dos jugamos así... con cuatro....campeones de Europa...no?" Jajajaja!!! "Esa es la actitud”!!! 

Me llamó la atención no ver ni una cara larga en mi equipo, ni brazos caídos, ni manos a la cabeza, ni nada de nada. Todo lo contrario, unos corazones a doscientas pulsaciones por minuto llenos de fe (y la fe mueve montañas y gana partidos). Simplemente cogieron la bola y se dirigieron al centro de la pista (mientras el Compañía seguía celebrando su gol) y sacaron de centro como si nos acabasen de pitar una falta a favor. Ese gol no había afectado en absoluto a ninguno de los pocos que aún quedaban en pista sin haber tomado el camino de la grada o del vestuario. 

Los minutos pasaban y se nos acababa el tiempo para la "machada final”, así que empezamos a intentarlo todo y no tardamos mucho en recortar distancias. Un tiro lejano de Pablo Arias ponía el 4-3 y aún faltaban 5 minutos para el final del partido. Y a falta de 2 o 3 minutos, y cuando parecía que el Compañía se iba a ir para casa con sus 9 faltas desde el minuto 15 de la 1ª parte.... entró por la puerta del pabellón el aficionado que faltaba, “la suerte". Compañía cometía su décima falta, un tanto rigurosa porque me dio la impresión de que no lo había sido, pero creo que compensaba las 17 anteriores no pitadas. No lo recuerdo bien pero creo que en esta jugada Compañía se queda con un jugador menos por una azul, creo que a Marc, pero no estoy seguro. El caso es que tuvimos una falta directa a favor y Luís Togores pidió la bola sin ningún tipo de duda, muy tranquilo y diciendo… “dádmela a mí que la voy a meter”. Así fue, se plantó delante de Sergio y acabó metiendo un auténtico golazo. Empate a 4 en el marcador, yo no me lo creía, pero somos de Dominicos, así que aún podíamos liarla muchísimo más. Compañía recuperaba a su cuarto jugador al haber encajado un gol, y obviamente los dos equipos íbamos a por el partido. 

Pero a falta de un minuto, más o menos, nos hacen un penalti que nuevamente Luís Togores decide tirarlo más tranquilo que nunca, y golpea la bola que acaba colándose por la escuadra de la portería de Sergio, que nada puede hacer, consiguiendo así su merecido hat-trick. Yo seguía sin dar crédito, mientras todo el equipo se abrazaba y la afición bajaba a celebrar el gol hasta la vaya al más puro estilo Riazor& Blues..., yo me quedé allí apoyado con el codo encima de la portería, como quien está en un bar viendo el fútbol y tomando una caña (tal vez porque estaba pensando en que ya tenía una excusa para bajar a tomar algo, jajaja) Me parecía tan surrealista el desenlace de ese partido, que ni me inmuté. 

Acabó el partido sin ningún cambio en el marcador, 4-5 resultado final a favor de Dominicos. Fue un partido de los que hacen afición. Inolvidable para nosotros. 

He de hacer una mención especial a nuestra afición, que sin ellos, nunca se habría ganado ese partido. Nos dieron esa última alentada cada vez que no podíamos más, e incluso nos esperaron a la salida del pabellón coreando nuestros nombres y cantando el ya famosísimo “alé Dominicos alé alé!!!!! GRACIAS!!! 

Puede que me haya equivocado en algún detalle, porque los detalles no los recuerdo todos, pero recuerdo perfectamente las sensaciones, y son espectaculares. 

Muchas gracias por darme la oportunidad de poder revivir este partido. Me encantaría poder leer "el cómo lo vivieron" otros jugadores o aficionados allí presentes. 

Un fuerte STICKAZO!!!! 

Tony Fernández. Portero de Dominicos

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