lunes, 12 de noviembre de 2012

Hockey sobre patines: la misma pasión, distintas formas de sentirlo por Juan Fariza, Fari.

Si la pasada semana el jugador de moda era, y seguirá siendo durante toda la temporada, Jordi Bargalló, esta semana será la de Juan Fariza, Fari. Sus goles de este fin de semana, el sábado contra el Taradell y el domingo en el último minuto ante el Barcelona, le sirven al Cerceda para ponerse de líderes provisionales de la Primera división.

Fari, además de tener una calidad innegable, es de esos jugadores de raza que tanto gusta ver por las pistas cuando pertenece a tu equipo. Mientras juegue contigo todo va bien, pero como lo tengas en el equipo de enfrente lo odiarás sin reparo ya que sabes que te la va a liar. Sabe manejar el partido como nadie y su paso por las ligas asturianas y catalanas han sido para él un máster en este sentido. Se fue siendo un jugón y ha vuelto siendo un jugadorazo, que no es lo mismo. Delantero reconvertido, por necesidad, a defensa, no suele faltar a su cita con el gol. Tiene unas cualidades impresionantes que se ha trabajado desde pequeño ya que todo se lo ha ganado a base de entrenamientos. Debutó en primera nacional siendo junior y siempre fue un jugador desequilibrante, pero la evolución de su hockey -como la de su look- ha sido brutal gracias a la temporadas jugadas en Asturias (Areces y Oviedo) y Cataluña (Sant Feliu). Actualmente es un jugador mucho más creativo, completo y maduro como comprobaron en el A.C Ordenes el año pasado y como lo disfrutan en el C.P Cerceda la presente temporada; como él mismo nos cuenta ha aprendido a que en el hockey lo importante es "defender a muerte y poner la bolita dentro de la porteria contraria".  Fari da a Stickazo su visión de las tres cunas del hockey en España a través de su experiencia.

A pesar de dominar las competiciones internacionales tanto a nivel de clubes como de selecciones, la realidad es que en España hay comunidades en las que el hockey no se practica, y en otras la cantidad de fichas es totalmente residual. 

A excepción de Madrid y País Vasco, lugares donde el hockey tiene un número razonable de practicantes, podríamos decir que el panorama del hockey nacional se resume en tres zonas: la primera es la que yo considero la capital del hockey mundial, Cataluña (con permiso de San Juan, Argentina), y después, un escalón por debajo, Galicia y Asturias.



Pues bien, la idea de este artículo es resumir un poco como se vive el hockey en las tres grandes “cunas” del hockey nacional. Por fortuna para mí, como amante incondicional de este deporte, he podido disfrutar del hockey sobre patines en estos tres lugares y he podido ver como se trabaja, como se vive y como se siente el hockey allí. He apreciado similitudes (el hockey es hockey, aquí y en Japón), sobre todo entre el hockey asturiano y el gallego, no tantas con el catalán, con el que he encontrado más diferencias. 

La primera diferencia está en la demografía: en Galicia el hockey se practica únicamente en la provincia de La Coruña (a excepción de Vigo), y la mayor parte de los clubes están concentrados en la ciudad herculina; en Asturias es similar, concentrándose en Oviedo gran cantidad de los clubes existentes; sin embargo en Cataluña, la práctica del hockey se extiende por todo el territorio. 

La segunda es, claramente, la diferencia de practicantes. Sin datos exactos en la mano, me atrevo a afirmar que el número de fichas federadas es 9 ó 10 veces mayor en Cataluña que en cualquiera de las otras dos comunidades. Esto es debido, sin duda, a una mayor tradición en tierras catalanas, pero también, y sin discusión, a la gran labor de captación que hacen los clubes para atraer a los más jóvenes; Así, no es extraño en Cataluña que los clubes lleven a sus jugadores o entrenadores a las aulas o puertas de los colegios para dar a conocer el hockey sobre patines a los niños, llamando su atención y la de los padres y dando todo tipo de facilidades para que los chavales puedan, por lo menos, probar si les gusta patinar sin coste alguno. Gracias a esto, es habitual ver pistas a rebosar de niños en patines, y como consecuencia las ligas de categorías inferiores cuentan con un gran número de participantes. En Galicia y en Asturias, si bien se trabaja muy bien la base, con grandísimos entrenadores, que incluso logran, a pesar de estar en peores condiciones, “robarles” algún Campeonato de España a los catalanes y formar grandes jugadores, considero que se descuida la promoción (en general, siempre con excepciones). Los clubes se nutren de niños que quieren aprender a patinar y tener un stick en sus manos, normalmente gracias a algún pariente cercano que ha jugado o a algún amigo que ya lo practica, pero no hacen que otros que no conocen nuestro deporte empiecen a saber lo que es y les pueda picar el gusanillo de ponerse unos patines. 



Como consecuencia de esta diferencia cuantitativa, tanto de clubes cómo de jugadores, la siguiente diferencia es la facilidad que uno encuentra en una u otra comunidad para poder disfrutar de partidos de hockey: 

En Galicia, actualmente, podemos disfrutar de un partido de Ok Liga o Liga Europea cada 10 días aproximadamente. En Primera División Nacional, con este nuevo y reducido calendario, de un partido cada 21 días más o menos. En Primera Gallega este año hay un gran nivel y disponemos de unos cuantos partidos que merece la pena ver. En Asturias tienen dos clubes en Primera División Nacional, y ninguno en Ok Liga actualmente. Así que, si a estos partidos que hemos dicho le sumamos alguno interesante en categorías inferiores, en estas dos comunidades puede haber 2,3 o incluso 4 buenos partidos que ver al fin de semana, partidos que enganchen a los aficionados y los lleven a las pistas, número muy reducido si lo comparamos con Cataluña. Para cualquier amante del hockey sobre patines, Cataluña es la tierra prometida: cada semana 6 ó 7 partidos de OK Liga, otros tantos de Primera Nacional, a los que hay que sumarle todos los de Nacional Catalana, que son partidos de un nivel impresionante o incluso los de primera catalana. Sin olvidarse de las ligas de categorías inferiores, apasionantes y con auténticos equipazos. Pasarse el fin de semana viendo partidos de nivel no es nada difícil allí. 

También podemos encontrar diferencias en la manera de jugar de unos y otros. Cuando uno piensa en un equipo catalán lo primero que se le viene a la cabeza es la efectividad, puede decirse que son más prácticos. Siempre son competitivos, saben gestionar los minutos importantes de los partidos. Muchos de ellos no son los jugadores más espectaculares, pero sí son los mejores. En mi opinión esto es debido al gran nivel de competición que tienen desde pequeños. En cambio, si pensamos en equipos gallegos o asturianos vemos equipos con jugadores de gran calidad técnica, pero quizás más desordenados y que gestionan peor los partidos. Siempre me ha dado la impresión de que para ganar a un equipo catalán hay que jugar mucho mejor que ellos, si el partido está igualado lo normal es que lo acaben ganando ellos.



Pero no sólo en cantidad de partidos o en la manera de jugar está la diferencia, también en la manera de vivirlos: en los pueblos de Cataluña, cuando hay un partido importante, se nota desde el principio de la semana, la gente habla del partido, se preparan pancartas para apoyar a sus equipos, se respira hockey por las calles. Es impresionante vivir en directo un partido con rivalidad, como por ejemplo un Vic-Voltregá o un Vendrell-Calafell , es fácil darse cuenta de la tradición y la cultura hockistica que tienen allí, son partidos que enganchan, que se viven desde mucho antes del comienzo del partido y de los que se habla durante mucho tiempo. Y esto es algo que hemos ido perdiendo en Galicia y en Asturias. Con el paso de los años, los equipos han ido perdiendo aficionados, hasta el punto que es raro ver peñas que animen en las gradas o que sigan a sus clubes en algún desplazamiento ¿Qué amante del hockey asturiano no echa de menos el ambiente de los derbis entre Mieres, Cibeles y Areces? ¿Quién no recuerda en Coruña cuando se necesitaban gradas supletorias en el Palacio de los Deportes para ver al Liceo jugarse algún título? ¿O la rivalidad entre Dominicos y Liceo cuando los dos jugaban en la máxima categoría? ¿Dónde se ha metido toda esa gente aficionada al hockey que llenaba nuestras pistas? No hay un motivo único por el que la gente haya abandonado las gradas, pero una cosa es segura, nuestro deporte no ha perdido espectacularidad, así que quizás el problema está en que tengamos que venderlo mejor.

Un fuerte stickazo a todos.

1 comentario:

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